Luz Estefanía

ERASMUS+ en La Cambre

Ser consciente de lo que pasaba fuera de la abadía en la que se encuentra el alumnado de conservación y restauración, me iba a permitir entender mejor el funcionamiento de los talleres y cursos

Como profesora de procedimientos artísticos -y también como artista visual- el estudio de otros contextos artístico-culturales, a través del conocimiento de las prácticas que se dan en él, pero también de su entramado urbano y de su arquitectura o desde su patrimonio, es una actividad obligatoria y necesaria. Sumergirme en Bruselas, fue uno de los objetivos a cumplir en mi formación en La Cambre, la Escuela Nacional de Bellas Artes que se desarrolla en ese contexto. Ser consciente de lo que pasaba fuera de la abadía en la que se encuentra el alumnado de conservación y restauración, me iba a permitir entender mejor el funcionamiento de los talleres y cursos que se iban a impartir allí durante mi estancia.

Otra de mis intenciones, era la de asistir y absorber el enfoque metodológico interdisciplinar que aplicaba la escuela belga en sus «cursos artísticos comunes». Una propuesta interdisciplinar capaz de reunir estudiantes de arquitectura, diseño, arte o conservación y restauración -entre otras de las 18 especialidades que asume la institución- en los mismos talleres. Lo que, a nivel práctico, se tradujo en en propuestas abiertas que ofrecían soluciones múltiples, adaptándose así a los distintos perfiles profesionales del alumnado.

Moverme por la escuela con este último objetivo, me permitió conocer un poco mejor la estructura de la institución antes de llegar a los talleres de las 4 especialidades de conservación y restauración -cerámica y vidrio, papel, escultura y pintura-, habiendo pasado por clases de arte contemporáneo, política y sociedad, modelo en vivo o encuadernación. En mi recorrido, pude acompañar a estudiantes de los primeros cursos de estas especialidades y entender cómo era asumido este modelo didáctico por ellos y por los docentes, compartir puntos de vista desde mi experiencia en ESCYRA y poner en común las exhibiciones y prácticas artistas que tuve la oportunidad de ver en la ciudad.

Julia Marquina Masip

EXPERIENCIA EN EL CENTRO CONSERVAZIONE E RESTAURO VENARIA REALE (TORINO).

Curiosidad, aprendizaje, ganas de descubrir, de conocer… son solo algunas de las muchas motivaciones que me llevaron a querer participar del programa de movilidad ERASMUS+. Como joven estudiante, poder tener la oportunidad de viajar y formarme durante un semestre en otro país, un país tan rico culturalmente como lo es Italia, con una historia y recorrido tan amplios en el campo de la conservación y restauración, sin duda me ha enriquecido enormemente en el presente y me ha aportado valores y experiencias que podrán serme de utilidad en mi recorrido como futura profesional.

En un centro como Venaria Reale, en Torino, la practica docente y la profesional conviven en los mismos espacios de trabajo, lo que me ha dado la oportunidad de poder conocer trabajos maravillosos que se estaban llevando a cabo de la mano de los propios conservadores y restauradores del centro. Los grupos reducidos de estudio, como sucede en la ESCYRA, me han permitido poder tener en el laboratorio donde me he estado formando, (el laboratorio de pintura sobre madera y tela) una atención más especializada y un estrecho contacto tanto con mi profesor como con mis compañeras de laboratorio.

Lo que más destaco de esta preciosa experiencia es la posibilidad que se te ofrece de introducirte a un nuevo idioma a través de varias herramientas que ERASMUS+ te facilita, con todo lo que ello conlleva; abrir puertas a nuevas fuentes de información, pero sobretodo, permitirte conocer a nueva red de personas, no solo del propio país al que se viaja, esto incluye a todos los estudiantes internacionales que se benefician de este programa.

Una inmersión en la diversidad cultural que recomendaría a cualquier estudiante para continuar formándose no solo en el ámbito de sus estudios, también en valores de convivencia y de respeto.